viernes, 19 de noviembre de 2010

ABURRIRSE

ABURRIMIENTO (I)
Ya hace tiempo que me vengo preguntando si no estaremos perdiendo la capacidad para aburrirnos, pregunta que se me hace más acuciante cuando veo a mi hija y a otros niños de su edad, el tiempo siempre está cubierto, hay juegos, disfraces, televisión, clases extraescolares. Rara vez  me dice que se aburre y cuando lo hace quiere solucionarlo enseguida, necesita la satisfacción inmediata de esa necesidad, a veces acuciada por el sueño y el mal humor. Antes teníamos un gran ensayo para el aburrimiento, los viajes en coche, ahora algunos de nuestros hijos viajan conectados al dvd, se acabó el ensayo, siempre está el tiempo cubierto.
La duda de esa pérdida de capacidad de aburrimiento también me surge a través de mi experiencia en consulta, me encuentro con gente que nos es capaz de estar sin hacer nada, sentarse y disfrutar del momento, del silencio, de estar con nosotros mismos. Las consecuencias de esta incapacidad son ira, mal humor, ansiedad, consumo de sustancias etc. Esto no es un estudio científico, claro, simplemente una observación a través de mi trabajo clínico.
Mi duda estriba en si estaremos educando a nuestros hijos con esa incapacidad para aburrirnos, no sé si me pongo un poco  catastrofista, pero pienso que en otras épocas teníamos que mostrarnos más activos ante ese aburrimiento y lidiar contra la frustración que nos producía, poner en juego nuestra imaginación o bien aprender al tolerar el malestar que genera el aburrimiento. Con ello facilitaremos el capricho, la necesidad de cubrir nuestras necesidades lo más rápido posible.

www.psicosan.es